sábado, 24 de mayo de 2014

EL CARRUSEL DE PETIT PIERRE



Casi ahora mismo vengo de decir que, Picasso o Fellini no alcanzan a transmitirme lo que  Petit Pierre consigue. Vengo de decir que es hoy, sólo hoy, porque la sensibilidad en ocasiones muda de barrio y desconozco lo que será de mi vergüenza mañana.

Mi impresión es que la técnica intenta aproximarse a milagros artísticos como estos, y la celebramos con millones de euros al viento, y tratados interminables sobre reglas y excepciones. ¿Quién dice cómo? El hallazgo puede nacer de la aparente frustración o del asombro, como en el caso de los jardines de Bomarzo, Frankestein, o cualquier causa romántica que se nos venga a la boca. Hoy, más que nunca, y por motivos inconfesables , es para mí más importante la incorrección, el saltar la verja, traspasar los límites, y hacer burla a la sagrada norma de lo establecido.






PETIT PIERRE




jueves, 15 de mayo de 2014

MADRID MOSTRADO GRACIAS A SCHRÖDINGER

Vista desde la Casa de Campo

Madrid se explica clara y de forma sencilla gracias al gato de Schrödinger.

Vamos a ello:

En este legendario tema de finales de los setenta, Leño nos presenta, en una primera apertura de la caja, a unas aturdidas ratas tapándose la nariz mientras buscan un punto de fuga en ningún sitio.

En la segunda apertura las ratas han conseguido estabilizarse gracias a un heroico éxodo basado en permanecer inmóviles. Ahora se las ve muy cómodas entre las heces y con las narices congestionadas por tanto polvo.



Muy poco después, Sabina realizó un nuevo experimento por medio de Antonio Flores, que se llevó los honores y las culpas. ¡Ancha era su espalda!

Se conoce que el polvo ha hecho estragos entre las ratas. Estas creen haber recuperado su verdadera naturaleza humana, y reconocen la caja tanto como un lugar inhabitable como paradisíaco. Omitimos la observación de las distintas aperturas. Resumimos el yin y el yang: ¡Esto es una puta mierda, pero como mola!



Pero una vez pasados los efectos de la “Movida”, y la resaca de: “¡Rockeros: el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!” Llegaron vientos nuevos, tan sensatamente avispados, como superficiales. Buscando la diversión pop a base de respetar los estop. Aparece la moda de los listos y los tontos (como las rosquillas de san Isidro), sustituyendo a la de buenos y malos, a la de subterráneos y pacíficos seres grises (y en esos cambios también tiene mucho que ver Schrödinger). En ésta ocasión los curiosos habitantes de la caja sabiéndose observados se cubren con una hoja de parra. Ridículos pero contentos. ¿El dinero de papá nos llega a fin de mes? ¿Sí? Todo bien entonces.

El caso es que se decide, por hacer del ingenio una gracia, o simplemente por joder, que algunas puertas se conviertan en muros. Y la gente va y se lo cree, y todos nos partimos de risa.



La historia continua, pero lo más deslumbrante es el descubrimiento arqueológico efectuado años después por los abueletes de Cine de Barrio mientras merendaban en el geriátrico rodeados de globos. El temita, aunque último en esta brillante exposición, es cronológicamente el primero, solo que lo había olvidado, y aún hoy permanece medio censurado, ya que el periodo de su construcción coincide sospechosamente con el periodo franquista, y ya se sabe, que no nos podemos fiar de nada pensado en ese tiempo... Lo más curioso es que, el contenido de la caja, un autentico chotis, soso y prepotente, como debe de ser, para representar debidamente el sitio; siendo totalmente real o lo contrario, siguiendo a Schrödingel al pie de la letra; fue elaborado por un mexicano que jamás pisó Madrid.







nada es verdad, aquí nada perdura,
ni el color del cristal con que se mira.”

(Nicanor Parra)